Entrevista realizada en la web de Superprof

¿Hace cuánto tiempo que te interesas en el mundo del bienestar y la belleza? ¿Cuándo empezaste a practicarlo?

Comencé en la práctica del yoga hace ya unos doce años, recién instalado en una depresión y crisis de ansiedad fuerte. Algo me atrajo para comenzar a aprender yoga en un centro cerca de casa, donde un antiguo amigo y compañero instituto impartía clases, y desde entonces empecé a practicarlo, sintiendo que me sentaba muy bien.

Dinos lo que tu disciplina puede aportar de bueno y cuéntanos si ésta puede ser complementaria con otra.

La disciplina del yoga es una práctica muy completa, ya que trabaja cuerpo y mente ofreciendo una metodología que puede aportar sendos beneficios para aliviar el estrés y la ansiedad, problemas de insomnio, crisis existenciales, depresión, lesiones musculares o articulares, problemas dérmicos,... Por supuesto, se trata de una práctica no sustitutiva, y que perfectamente se puede complementar con otra terapia psicológica, fisioterapéutica, o médica que se realice. Lo bueno del yoga es que, si se practica sabiamente, no tiene demasiadas contraindicaciones y puede ejercitarlo todo el mundo.


Hablando de bienestar. ¿Podrías darnos algún consejo para sentirnos bien con nuestro cuerpo y mente?

Lo básico para poder sentirnos bien con nosotros mismos es, en primer lugar, la aceptación. La aceptación profunda de nosotros mismos, tal y como somos, a nivel físico y a nivel mental, tiene un enorme componente terapéutico y curativo. Creo que, además, inmersos en una sociedad como la nuestra, ampliamente competitiva, insatisfecha, y con enormes ansias de alcanzar el éxito y el reconocimiento, es necesario poder desarrollar esa aceptación, que supone una reconciliación con lo que está sucediendo en uno mismo, en este mismo momento.

A partir de ahí, por supuesto, hacer ejercicio físico es importante. Los estiramientos que se realizan en yoga, por ejemplo, aportan sendos beneficios a nuestra estructura orgánica, alivian enormemente nuestras tensiones, y generan nuevas pautas posturales. Por otro lado, la meditación se torna ampliamente necesaria en unos tiempos modernos en los que los ritmos vertiginosos nos impiden encontrar ratos de silencio y regeneración.

¿Cómo definirías tú, como profesor-a, el método que sigues?

Las clases que imparto son de Hatha Yoga, complementadas con otras tendencias posturales, de movimientos y de estiramientos más occidentales. Siempre se incorpora práctica meditativa, y se engloba todo el contenido de una clase en una idea a desarrollar. Las clases tienden a ser pausadas, e interesa mucho que el alumno o la alumna tome conciencia de si misma.

¿Consideras que has aprendido cosas sobre ti mism@ o sobre los demás gracias a esta práctica?

Por supuesto, en cada clase aprendo siempre de las personas asistentes. Trato de ponerme en su piel, para poder adaptarlo a su perspectiva, y generar un mayor beneficio. Las posturas, las palabras, los gestos, las impresiones de las personas que vienen a las clases son siempre una fuente de información para mi.

En mi caso personal, la práctica del yoga y la meditación me ha aportado todo. He podido tener enormes aprendizajes de mis procesos de crisis, y la meditación, como base, ha supuesto una base de apoyo sólida para entender lo que me estaba sucediendo, poder respirarlo, y trascenderlo, otorgándole el tiempo oportuno. La meditación brinda la oportunidad de asimilar todo lo que sucede, digerirlo, e integrar un determinado aprendizaje. De otra manera, si solamente dejamos pasar la vida sin atenderla, viendo televisión, absortos en las pantallas de los móviles, nos convertimos en autómatas, incapaces de detenernos y entender lo que sucede, reflexionar, o gestionar los momentos y las emociones.

¿Te has inspirado en alguien o en algún modelo para desarrollar tu actividad?

Mi fuente de inspiración fue desde el principio Gustavo G. Diex, mi profesor, que encarnaba de alguna manera todo aquello que anhelaba, y que, en el fondo, todos nosotros anhelamos: la calma, la paz y la aceptación profundas. Entre lecturas de libros y textos inspiradores fui guiándome. Pero más adelante me topé con que aquello que procuraba me desviaba de mi mismo, que en realidad era la fuente de esa inspiración.

Cuéntanos qué haces en tu tiempo libre y que te ayuda a relajarte.

Ahora mismo no entiendo el tiempo libre como tal. Todo lo dedico a mi profesión, a mi familia, o a mi mismo, entendido todo este tiempo como "libre". Supongo que dedicarme a algo que me apasiona hace que tenga esta perspectiva.

Cuando siento que estoy entrando en "zona roja" (estado de estrés) me obligo a parar, y a dedicar más tiempo personal al yoga y la meditación.

Dinos porqué aconsejas practicarlo y qué beneficios aporta.

Creo que el yoga y la meditación es, dentro de todo lo que disponemos en esta libre disposición de mercado, la práctica más efectiva y profunda que se puede realizar, durando además toda una vida. Aparte de todo lo mencionado anteriormente, lo que más puede aportar básicamente es un estado relajado. Pero un estado relajado dentro del estado de estrés... no sé si podría explicar esto bien. A pesar de tener estados de ansiedad, la práctica asídua invita a comprender que detrás de todos esos estados alterados, subyace un estado naturalmente calmo, al que se puede acceder cuando se dedica un tiempo.





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