Neurocientíficos de Harvard: La meditación no sólo reduce el estrés, aquí se explica cómo cambia el cerebro
(traducción al castellano)
Por Brigid Schulte
La budista y profesora de meditación Tara Brach guía un grupo de meditación Vipassana en la Iglesia River Road Unitarian en Bethesda. Foto por: Andrea Bruce Woodall/The Washington Post |
Sara Lazar, neurocientífica en el Hospital General de Massachussetts y en la Escuela Médica de Harvard, fue una de las primeras científicas en realizar declaraciones anecdóticas sobre los beneficios de la meditación y del mindfulness y comprobarlas en escáneres cerebrales. Lo que encontró le sorprendió -que la meditación puede literalmente cambiar tu cerebro. Lo explica así:
Pregunta: ¿Por qué empezaste a interesarte sobre la meditación y el mindfulness y el cerebro?
Lazar: Un amigo y yo estábamos entrenando para la maratón de Boston. Yo tenía algunas lesiones por correr, así que visité un terapeuta físico que me recomendó dejar de correr y solamente estirar. Así que empecé a practicar yoga como una forma de terapia física. Empecé a comprender que el yoga era muy poderoso, que tenía algunos beneficios reales, así que empecé a interesarme en cómo funcionaba.
El maestro de yoga hizo hizo todo tipo de comentarios, que el yoga incrementaría la compasión y abriría el corazón. Y yo pensaba: "sí, sí, sí, yo estoy aquí para estirar". Pero empecé a darme cuenta de que estaba más relajada. Y que era más capaz de manejar situaciones difíciles. Me sentía más compasiva, y era capaz de ver las cosas con otros puntos de vista.
Pensé, quizás solamente se trataba de una respuesta placebo. Pero entonces hice una búsqueda literaria en la ciencia, y ví la evidencia de que la meditación había estado asociada a la reducción de estrés, la depresión, ansiedad, dolor e insomnio, y que incrementaba la calidad de vida.
En ese momento, estaba haciendo mi doctorado en biología molecular. Así que en seguida cambié y empecé a hacer este estudio como un post-doctorado.
P: ¿Cómo hiciste tu investigación?
Lazar: El primer estudio escogí a meditadores de larga duración y un grupo de control. Encontramos que los meditadores de larga duración tenían una mayor cantidad de materia gris en la ínsula y en las regiones sensoriales, el córtex auditivo y sensorial. Lo cual parece lógico. Cuando estás en atención plena, estás prestando atención a tu respiración, a los sonidos, a la experiencia en el momento presente, y la cognición se apaga. Resulta lógico que los sentidos van a mejorar.
También encontramos que tenían más materia gris en el córtex frontal, que está asociado con la memoria de trabajo y la toma de decisiones ejecutivas.
Está ampliamente documentado que nuestro córtex se reduce cuando envejecemos -es más difícil resolver cosas y recordarlas. Pero en esta región del córtex prefrontal, los meditadores con 50 años de edad tenían la misma cantidad de materia gris que una persona de 25 años. Así que la primera cuestión fue, vale, quizás las personas con más materia gris en el estudio tenían más materia gris antes de empezar a meditar. Así que hicimos un segundo estudio. Cogimos gente que no había meditado nunca, y separamos un grupo de seguimiento con un programa de reducción de estrés basado en mindfulness.
P: ¿Qué encontraste?
- La primera diferencia, la encontramos en la cingulada posterior, que está implicada en la reflexión mental, y la relevancia personal.
- El hipocampo izquierdo, que asiste en el aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación emocional.
- La unión temporo parietal, que está asociada a la toma de perspectiva, la empatía y la compasión.
- Un área del tallo cerebral llamada Puente de Varolio, donde se producen muchos neurotransmisores reguladores.
P: Así que, ¿cuánto tiempo tiene que meditar alguien para que empiece a ver cambios en su cerebro?
Lazar: Nuestros datos muestran que los cambios en el cerebro aparecen después de las ocho semanas. En un programa de reducción de estrés basado en mindfulness, nuestros sujetos tenían una clase semanal. Se les dió un audio y se les dijo que practicaran cuarenta minutos al día en casa. Y eso es todo.
P: Así que, ¿40 minutos al día?
Lazar: Bueno, había una alta variedad en el estudio. Algunas personas practicaban 40 minutos casi todos los días. Algunas practicaban menos. Algunas solo unas pocas veces por semana. En mi estudio, la media fue 27 minutos al día. O cerca de media hora al día. Todavía no hay buenos datos sobre cuánto necesita practicar alguien para obtener un beneficio.
Los profesores de meditación te dirán, aunque no hay ninguna base científica sobre esto, únicamente comentarios anecdóticos, que sugieren que 10 minutos al día podrían otorgar beneficios subjetivos. Necesitamos probar esto.
Acabamos de empezar un estudio que con suerte nos permitirá evaluar cuál es el significado funcional de estos cambios. Estudios de otros científicos han mostrado que la meditación puede ayudar a mejorar las habilidades atencionales y de regulación emocional. Pero la mayoría no eran estudios de neuroimagen. Así que esperamos traer esa investigación y neuroimagen científica juntas.
P: Dado lo que conocemos sobre la ciencia, ¿qué animarías hacer a los lectores?
Lazar: Mindfulness es como ejercicio. Es una forma de ejercicio mental, realmente. Y así como el ejercicio aumente la salud, ayuda a manejar mejor el estrés y promueve la longevidad, la meditación pretende conferir alguno de esos mismos beneficios.
Pero, igual que en el ejercicio, no puede curarlo todo. Así que la idea es, es útil como una terapia complementaria. No es independiente. Se ha intentado con otros tantos trastornos, y los resultados varían tremendamente -impacta sobre algunos síntomas, pero no todos. Los resultados son modestos algunas veces. Y tampoco funciona para todo el mundo.
Todavía es pronto para intentar descubrir qué puede y qué no puede hacer.
P: Así que, sabiendo las limitaciones, ¿qué sugerirías?
Lazar: Parece beneficioso para la mayoría de la gente. El aspecto más importante, si vas a intentarlo, es encontrar un buen o una buena maestra. Porque es simple, pero también complejo. Necesitas comprender qué está pasando en tu mente. Un buen maestro o maestra no tiene precio.
P: ¿Meditas? ¿Tienes profesor?
Lazar: Sí y sí.
P: ¿Qué diferencia ha hecho en tu vida?
Lazar: He estado haciendo esto durante 20 años ahora, así que ha tenido una profunda influencia en mi vida. Ha reducido mi estrés. Me ayuda a pensar más claramente. Es genial para relaciones interpersonales. Tengo más empatía y compasión por la gente.
P: ¿Cuál es tu propia práctica?
Lazar: Altamente variable. Algunos días 40 minutos. Algunos otros 5 minutos. Algunos días, ninguna. Es como un ejercicio. Hacer ejercicio tres veces a la semana está muy bien. Pero si todo lo que puedes hacer es un poco cada día, eso es bueno también. Estoy segura de que si practicara más, me beneficiaría más. No tengo ni idea de si estoy teniendo cambios cerebrales o no. Solamente que esto es lo que funciona para mí ahora mismo.
Origen: Washington Post
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