El fuego de la ira
(aviso de antemano la explicitud del contenido de este texto, que no será moralmente aceptable por algunas personas)
Hoy, sin lugar a dudas, me pegaría con cualquiera. Me sacudiría en una lluvia de hostias hasta la extenuación. Me batiría en duelo con el primero que se presentara así, sin más. Como si toda la rebeldía adolescente surgiera de nuevo y toda la represión de la agresividad durante tantos años pudiera brotar hasta caer rendido en el suelo.
Incluso me siento fuerte, como si fuera capaz de quebrar una piedra de granito de un solo golpe. Quebrantaría cabezas y masticaría huesos, y después bailaría sobre ellos. No habría lugar para la moralidad. Como si ascendiera una energía antigua, poderosa, desde el centro mismo de la Tierra. Fulgor de magma. Antigua ira, historia de la humanidad. Miles de batallas por territorios, religiones, dinero, poder. Cientos de miles de gritos de odio. Desprecio y crueldad. Dominio, esclavitud.
Dirigiendo una letanía de insultos por doquier, esparciría mi semen y sacudiría desde el calor intenso del magma, por las grietas de la superficie, el fuego de la ira. Me bañaría después en las cenizas, impregnando con ellas mi cuerpo desnudo.
Y después, en paz, miraría al cielo.
Hoy, sin lugar a dudas, me pegaría con cualquiera. Me sacudiría en una lluvia de hostias hasta la extenuación. Me batiría en duelo con el primero que se presentara así, sin más. Como si toda la rebeldía adolescente surgiera de nuevo y toda la represión de la agresividad durante tantos años pudiera brotar hasta caer rendido en el suelo.
Incluso me siento fuerte, como si fuera capaz de quebrar una piedra de granito de un solo golpe. Quebrantaría cabezas y masticaría huesos, y después bailaría sobre ellos. No habría lugar para la moralidad. Como si ascendiera una energía antigua, poderosa, desde el centro mismo de la Tierra. Fulgor de magma. Antigua ira, historia de la humanidad. Miles de batallas por territorios, religiones, dinero, poder. Cientos de miles de gritos de odio. Desprecio y crueldad. Dominio, esclavitud.
Dirigiendo una letanía de insultos por doquier, esparciría mi semen y sacudiría desde el calor intenso del magma, por las grietas de la superficie, el fuego de la ira. Me bañaría después en las cenizas, impregnando con ellas mi cuerpo desnudo.
Y después, en paz, miraría al cielo.
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